sábado, 20 de abril de 2013

Solo en un mundo multijugador: de la hermandad de amigos a la rutina de la diarias, con una incursión en el raideo


Cuando empecé a jugar metí a los PJs en la hermandad que tenían montada los colegas. Lo único que aportaba entonces una hermandad era el banco, y el canal de hermandad. No hacía mucha vida social en el juego. El día a día del leveo lo hacía solo y los viernes hacíamos la mazmorra de la semana.

Para cuando llegué a Rasganorte ya habían dejado de conectarse con asiduidad. Hice alguna de las
mazmorras, y cuando llegué a nivel 80 (con el guerrero y la hunter) el día a día en el WoW era hacer las diarias del Torneo Argenta y de Corona de Hielo. Las 25 quests, dos veces cada día, durante varios meses. Era una contrarreloj diaria: repetir el mismo circuito, tratando de mejorar los tiempos y las recompensas respecto al día anterior. La frase clave de esas fechas era "gente para dragón y comandantes" (o "élite y comandantes"). Amasé unas docenas de miles de oros a base de paciencia y pude conseguir todos los objetos interesantes a base de Sellos del Campeón (los más importantes: el escudero, su pony para hacer recados, y el tabardo del Torneo).

Un día en la tienda los chicos que me habían comprado los ordenadores, y por cuya "causa" empecé en el WoW, me comentaron que habían hablado con el GM de su hermandad para que fuese a raidear con ellos. Estaban empezando Ulduar, y les daba apuro cuando veían que lo único que estaba haciendo yo eran diarias, ni siquiera mazmorras. Por cortesía se lo comenté a los colegas y saqué al guerrero de la hermandad de colegas para meterlo en otra que tenía cierta solera en el servidor (y recordemos que antaño Tyrande había sido un server "de moda" y "pro").

Un jueves noche me metieron en la guild, me descargué el TS2, y me metí en el mundo de las hermandades de raideo. Esa noche wipeamos en el Leviatán, pero lo más importante para mi es que (una vez más) había descubierto un nuevo juego: estar con otras 20 y tantas personas haciendo como una mazmorra, pero a lo bruto.

El GM y raid leader era un tipo bastante peculiar. Un cascarrabias entrañable que sabía dar ánimos tras los
wipes, regañar a los que no llegábamos a lo que podía dar el PJ y felicitar las cosas bien hechas. Además, entrar cada día en el TS y escuchar las voces de lo que antes sólo eran muñecos en una pantalla le daba una nueva dimensión al juego. Sin embargo, para mí esa etapa no duraría mucho.

En su momento tiré al Leviatán, pero luego nos encallamos en el Deconstructor. Hubo algunas bajas en la guild, no llegábamos a los 25 (ni cerca), y una "fusión fria" con otra guild apenas duró una o dos semanas. No es que no se lo tomasen en serio, es que se lo tomaban con un cachondeo insultante y esas raids no eran más que una pérdida de tiempo. Así que se dejó de intentar montar raid de 25 y se pasó a 10, y ahí sobraba gente. Yo además no iba muy bien equipado, y empecé a tener horarios un poco irregulares, así que se terminaron las raids.

Entraba en el juego, saludaba por el /g pero sólo entraba en el TS para escuchar. Un día (recordemos: aún
no existía el buscador de grupos que conocemos) me dijeron de ir a Gundrak. Yo no estaba ya acostumbrado a hacer mazmorras, y no me conocía a los alters de los compañeros de guild. Saltamos a por el primer pull de serpientes y yo sólo veía lucecitas de colores, trataba de atizar a las serpientes y ni veía dónde estaban los otros. Cuando terminó el pull vi en el chat que el healer, que yo pensaba que era el tank, porque su main era un tank, me echaba la bulla por no haberle quitado las serpientes. En esa época los healers pillaban aggro con relativa facilidad, el tank estaba con otros mobs, y se suponía que yo tenía que quitarle las serpientes al healer. No recuerdo ni quién era el tank, ni quienes los otros dos DPS. Sólo sé que me tocó tanto las narices que uno de la guild me echase una bulla tremenda por un pull, que no volví a ir a ninguna mazmorra en mucho tiempo, y menos con el pavo aquel. Dejé de entrar en el TS, sólo volví una vez a raid (todavía el Deconstructor), pero me dio problemas el PC (la gráfica empezaba a fallar), y también dejé las raids.

Así que después de aquel breve periodo de raideo y sociabilización volví a mi rutina de las 25 diarias del Torneo y Corona de Hielo. Vi pasar de lejos Ulduar, Prueba del Cruzado e ICC, y sólo al final de Wrath of the Lich King hice otra raid (Sagrario Rubí, con tan mala suerte que limpiamos la raid un día, pero cuando tiraron a Halion ese día no pude estar). Pero entre medias hubo un cambio fundamental en el WoW.

Continuará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario